Marcela Urenda, pasión por la música
Fuentes :
www.eldia.com.bo
Fecha :
11 Abr, 2019
Cuando el gestor cultural Marcelo Araúz habló de la creación de una orquesta sinfónica en Santa Cruz, a Marcela Urenda de Leigue le pareció un proyecto extraordinario. Al poco tiempo, en 2003 exactamente, estarían empezando ese sueño que este 2019 cumple 16 años de creación. Hace cinco años Urenda se hizo cargo de la presidencia de la institución, considerada como una de las mejores orquestas de Bolivia y que está integrada por jóvenes, profesores y músicos voluntarios. "Todos cuentan con alto nivel profesional y a todos los une la pasión", asegura la presidenta, que fue entrevistada por El Día en su especial de Encuentro Cultural. Cada año la orquesta presenta cuatro temporadas y un concierto especial dirigidos artísticamente por el destacado músico Boris Vásquez. Mañana es el estreno de su primera temporada del año y lo hacen bajo el nombre de “Stravaganza clásica” que tiene como invitado especial al maestro músico Alexander Markov, un violinista norteamericano de ascendencia rusa con una aplaudida y destacada trayectoria.
Son 16 de la OSJ ¿cómo fue su primer contacto con este emocionante proyecto? Este proyecto se inició a partir de la inquietud del mecenas cruceño Marcelo Araúz, que preocupado porque en la ciudad de Santa Cruz, progresista y moderna, no existía un orquesta sinfónica, convocó a un grupo de amigos con trayectoria en el campo cultural y nos invitó a formar un directorio para fundar la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz de la Sierra.
¿Cuáles son los momentos inolvidables que recuerda de la vida de la OSJ? Fue muy emocionante poder cumplir con el sueño de muchos años de formar una Escuela Juvenil Integral de Educación Musical que llamamos “La Academia”, que tiene como misión formar jóvenes músicos con conciencia ciudadana y de alto nivel artístico, de modo que alcancen la capacidad necesaria para tocar en la OSJ/SCZ en los conciertos de temporada y en los conciertos especiales. Está dirigida a músicos de 12 a 22 años.
¿Cómo se afronta la presidencia de una orquesta como la OSJ? El asumir la presidencia de una orquesta juvenil no es nada fácil, puesto que el mayor compromiso radica en que no falten los medios económicos para que el proyecto no fracase. Los gastos son muy elevados, ya que se mantiene una oficina con personal muy competente para cumplir con todas las obligaciones que una institución sin fines de lucro requiere; contar con una sala de ensayo con todos los instrumentos musicales, llevar a cabo cuatro temporadas de conciertos al año, con un director artístico de primer nivel, invitar solistas y directores de renombre internacional para que toquen, dirijan y den clases magistrales y becar a los integrantes con transporte, meriendas y becas de estudio en la academia, ya que la mayoría de las familias de los jóvenes músicos necesitan este apoyo para que ellos se realicen y puedan conformar la orquesta. Mi trabajo principal como presidente del directorio es conseguir esos recursos y velar para cumplir a cabalidad con nuestra gran misión.
En el 2014 la nombraron como presidente de la institución ¿Cómo ha sido este trayecto? Son 5 años que tengo el honor de presidir esta institución, que cumple una verdadera labor social. El tiempo se me ha pasado volando, porque me encanta lo que hago, me siento muy útil y disfruto de estar rodeada de un directorio de mucha valía y de gente entregada alma, vida y corazón a llevar adelante este gran proyecto.
¿Hasta dónde quiere llegar la OSJ? La meta de la OSJ/SCZ es consolidar la Academia con muy buenos profesores de todos los instrumentos para mejorar aún más la calidad de nuestros intérpretes. El director Boris Vásquez está yendo invitado a Cuba para cerrar una oferta de maestros que se le ha hecho recientemente. También hay conversaciones adelantadas con una universidad de Alemania.
Son tantas temporadas y músicos ¿Qué cree que los une? Hay un hilo conductor que une a cada miembro de la orquesta, que se llama pasión. La vive el director y cada uno de los músicos, que a pesar de su corta edad, tienen la obligación de ir al colegio, algunos a la universidad, hacer las tareas, estudiar, ensayar sus instrumentos y transportarse grandes distancias para asistir a los ensayos.replica uhren
Se viene un concierto de lujo con el músico ruso-americano ¿Cómo lo hicieron posible? Nuestro profesor de violín, el maestro Jiri Sommer hizo el contacto con el genio musical invitado Alexander Markov, quien será nuestro solista de lujo en esta temporada llamada “Stravaganza Clásica”. Gracias al apoyo de la embajada de los Estados Unidos, se hizo posible su presencia en Santa Cruz. Asimismo, la generosidad del Maestro Markov, que está dando clases magistrales, pequeños conciertos en tres colegios y las tres noches de temporada por un precio simbólico, ayuda a poder correr con los altos gastos de producción de estos conciertos.
La dirección está a cargo de un músico reconocido y que supo conectar con los jóvenes. El director artístico, maestro Boris Vásquez, con amplia trayectoria musical en Alemania, Canadá y Bolivia, presenta al directorio, con un año de anticipación, su propuesta para la realización de los conciertos, el concurso nacional de jóvenes intérpretes, posibles solistas y directores invitados, viajes de intercambio, etc. para su aprobación. Lo demás es rutina, pero de mucho esfuerzo y sacrificio.replica orologi rolex
¿Ha acompañado el público la iniciativa o se puede hacer más? Hemos sido la primera orquesta sinfónica que ha tenido Santa Cruz y a partir de nuestro estreno de presentación, la gente empezó a escuchar música clásica y a apreciarla. Podemos decir que hemos formado público y también hemos contribuido a que se funden, con músicos formados por nosotros, otras orquestas, bandas, ensambles y grupos musicales que son un medio de vida para muchos de ellos. En Santa Cruz hay muchísima oferta cultural de todo tipo y hay público para todo. Sin embargo, se puede hacer mucho más en relación a los conciertos y es que las familias se preocupen de incentivar en los hijos el gusto por la música clásica, llevándolos a los conciertos, conociendo la vida y la obra de los grandes compositores y a que no se avergüencen de ser “cultos” en sus grupos sociales.